Declaración de Lima apuesta por la responsabilidad social

APEC PERÚ 2008. EL ENCUENTRO DE LAS ECONOMÍAS DEL FUTURO

Región Asia-Pacífico acordó combatir corrupción pública y privada. Cambio climático fue otro de los temas del consenso multinacional.

Por Jorge Saldaña / Elizabeth Cavero

La XVI Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) concluyó sus deliberaciones de dos días con una novedad: el acuerdo unánime de los países que aportan el 60% de la riqueza mundial para fortalecer la dimensión social de la globalización y apostar por la promoción de la responsabilidad social corporativa, una de las iniciativas del Perú.

Australia, Brunéi, Vietnam, Tailandia, Singapur, Estados Unidos, Corea del Sur, Canadá, Chile, China, Papúa Nueva Guinea, Taiwán, Rusia, Nueva Zelanda, México, Malasia, Japón, Filipinas, Hong Kong, Indonesia y el Perú coinciden en reforzar los efectos positivos del comercio y la inversión en el crecimiento, y en rechazar el proteccionismo.

A la vez, alientan una conducta empresarial responsable y transparente, que se adhiera a la legislación y a las regulaciones locales y que tome en cuenta los lineamientos de la Responsabilidad Social Corporativa, "porque traerá un mayor valor tanto para las empresas como para la sociedad en que estas funcionen".

Eso sí, el texto final de la cumbre del APEC --titulado Declaración de Lima-- subraya que el desarrollo de la responsabilidad corporativa en el bloque Asia-Pacífico dependerá de los contextos locales económicos, sociales y culturales de los 21 miembros.

Se acordó también combatir la corrupción en los sectores privado y público, porque es considerada una amenaza seria para el desarrollo social y económico en la región. "Reconocemos que la criminalización de la corrupción puede facilitar una mayor cooperación regional", reza el texto.

Además, se subraya el compromiso regional para disminuir amenazas relacionadas a la salud, incluyendo la gripe humana y gripe aviar, epidemias y enfermedades contagiosas.

Se resalta la necesidad de "asegurar que todos los miembros de nuestras economías reciban una educación de calidad, la cual es fundamental para alcanzar un desarrollo social, individual y económico sostenible". De esta manera, se busca reducir las diferencias entre los países.

Bajo el lema "Un nuevo compromiso por el desarrollo del Asia-Pacífico", las deliberaciones concluyeron en desarrollar otros cuatro temas de acción.

En el rubro de cambio climático, seguridad energética y desarrollo limpio, el foro concluye en el compromiso de la región para la promoción de fuentes renovables de energía y la inversión en energía. En cuanto a los retos económicos regionales, se acordó la promoción de la integración económica, vía el comercio e inversiones libres en la región Asia-Pacífico, con la adopción de iniciativas en temas como administración aduanera.

Para el fortalecimiento de la seguridad humana en la región, se concluyó en el combate al terrorismo; y en materia de la reducción de riesgos, se acordó incluir la educación sobre temas de desastres en el currículo escolar.

SEPA MÁS
4 El presidente Alan García fue el encargado de resumir los alcances de la Declaración de Lima y destacó que la transparencia en el gobierno corporativo permitirá que no se repita el trastorno financiero mundial que hoy vivimos.
4 En materia de cambio climático, dijo que se acoge con gran interés los nuevos procedimientos de captura e inyección de carbono propuestos por Australia.

DEL CONSULTOR
Balance de la declaración*
Es importante resaltar, además del comercio libre, otros temas consignados en la Declaración de Lima. Uno de estos se refiere a la seguridad alimentaria: la volatilidad de los precios de los alimentos afecta más a los más pobres, quienes gastan una mayor proporción de sus ingresos en comer. La OMC no ha sido efectiva en eliminar las políticas de subsidio a la producción alimentaria de los países ricos, lo que vulnera la equidad y competitividad de los agricultores en los pobres. La Declaración de Lima llama la atención sobre estas distorsiones aunque su carácter no vinculante le resta fuerza.

Un tema de la mayor importancia es el de la responsabilidad social corporativa. Las empresas, cualquiera sea el origen de sus capitales, deben regirse no solo por los estándares ambientales, sociales y laborales más altos, sino además estos deben revisarse y mejorarse continua y sostenidamente. En el Perú, seguimos siendo víctimas de estándares bajos, especialmente en sectores que, como la minería, dependen de capitales globales ante los cuales el Estado tiene limitada capacidad de regulación y vigilancia.

El cambio climático es otro de los acuerdos consignados. Para nadie es un misterio que son las economías más industrializadas las principales responsables de esta catástrofe inminente. Pese a ello, Estados Unidos aún se niega a suscribir el Protocolo de Kioto.


* CARLOS EDUARDO ARAMBURÚ. Antropólogo

Fuente: El Comercio

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