Escritora cusqueña Clorinda Matto de Turner, fue retornada a su tierra


Sin hogar y sin patria, cadáver entre los vivos vagaré, así como sin sombra y sin sol, pero mis cenizas irán a reposar a tu suelo, a tu suelo madre mía, junto a los pedazos de tu corazón, este es un fragmento de una de las obras cumbres de la ecritora cusqueña Clorinda Matto de Turner, Tradiciones cusqueñas, cita textual que adorna el mausoleo de la ilustre cusqueña, cuyos restos mortales arribaron Cusco, su tierra, ya que sus exequias fueron inhumadas hace más de 100 años en Argentina.

Grimanesa Martina Matto Usandivaras de Turner, fue el nombre completo de la cusqueña que nació en 1852 en la casa de la familia Matto en la Plaza de San Francisco del Cercado de Cusco; se casó con el inglés Joseph Turner y se fue a vivir con él al pueblo andino de Tinta, lugar donde vio el abuso de las autoridades a los indígenas, realidad que fue la inspiración de su obras entre ellas Aves sin nido, con el que alcanzó el reconocimiento mundial, ya que con sus líneas buscaba la reivindicación indígena.

A lo largo de su vida se dedicó a escribir y enseñar, viajó por el interior del país y su cariño a Cusco la hizo redactar Tradiciones cusqueñas, obra en la que compila la cultura viva de la Ciudad imperial de aquel entonces.

En 1892 fundó junto con su hermano, el doctor David Matto, la imprenta «La Equitativa» en Lima, donde trabajaban únicamente mujeres y se editaba el periódico Los Andes, hasta que en 1895 las tropas del presidente Nicolás de Piérola ocuparon Lima, destruyendo la casa y la imprenta de los hermanos Matto. Desmoralizada por este hecho emprendió un viaje por Europa, llegando al Vaticano donde conoce al Papa Pío XIII, retorna a América y se instala en Buenos Aires, Argentina, donde murió el 25 de octubre de 1909.

Días antes de su deceso, ella manifestó su deseo de volver a la tierra que la vio nacer, pero como su familia estaba instalada en Argentina, quedó como un sueño que se cristalizó 101 años después, a iniciativa de las Asociación Procultura que lleva su nombre y con el apoyo de las autoridades locales, quienes lograron que los descendientes de Matto acepten la repatriación de sus restos.

Ayer entre reconocimientos y homenajes llegaron los restos mortales al aeropuerto Alejandro Velazco, recorrieron las calles principales de la ciudad y en su honor se izó la bandera, como símbolo de júbilo por recibir a tan importante cusqueña.

Luego de la ceremonia que la Municipalidad Provincial realizó, fue llevada en hombros y al ritmo de ayarachis fue enterrada en un mausoleo construido especialmente para la ocasión en el Cementerio General de la Almudena.

Por fin Clorinda Matto de Turner ha vuelto a su tierra y ahora sí descansa en paz abrazada por el Cusco inmortal
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