Opinion, elecciones, conflictos sociales y mensajes a amedias


Sergio Sullca Condori
Cancelan el proyecto Tía María en Arequipa, Cierran la frontera entre Perú y Bolivia en Puno porque el Pueblo Aymara no quiere más concesiones mineras en su territorio, Arequipa y Cusco se encontraron en Tacna una vez más por el caso Majes Siguas II, el Pueblo de Cotabambas se levanta contra Xstrata Copper en Apurímac. ¿Qué tienen en común estos conflictos?

Varias cosas:

Uno, todos nacen del modelo de desarrollo actual en el Perú, un modelo extractivista cuyos defensores juran que respetarán a los pueblos y el medio ambiente, lo cual, a la luz de los hechos no es cierto. Los hechos son noticia actualmente, no quiere decir que sean los únicos en el Sur peruano, hay otros que están ahí, esperando su turno: Inambari en Puno, Madre de Dios y Cusco, Salcca Pucara en Canchis, Cusco, la mediana minería y la minería artesanal en Chumbivilcas, también Cusco.

Dos, el hecho de que ninguno ha pasado por una Consulta en los términos del Convenio 169 y todos se dan sobre el vacío de no contar con instrumentos de gestión ambiental.

Y tres, no se encuentran en la agenda electoral de la segunda vuelta en el Perú o si se encuentran, las propuestas están en sobre entendido, Ollanta y Keiko prefieren tenerlas entre dientes. ¿Por qué?. Hay dos posibilidades: una que son temas muy incómodos en los que sería muy fácil resbalar y nadie quiere cometer errores a estas alturas del partido o dos, es mejor concentrarse en lo mediático, jugar en la canchas de los canales, emisoras y diarios de Lima aceptando la agenda que ellos ponen: el peligro que corren las AFPs, la libertad de prensa, las inversiones mineras, los megaproyectos, etc.

Ollanta Humala ha preferido ser sutil y dejar a medias los mensajes al igual que Keiko Fujimori respecto de los conflictos sociales en el Sur del Perú ubicándose ambos en la antípoda: el enemigo de la democracia versus la santa mujer que fue concebida para protegerla.

Ponen así la agenda de los derechos Humanos a un ladito y como está el panorama ninguno se pronunciará sobre los engaños de Xstrata en Cotabambas, por ejemplo.

De esta manera, la agenda una vez más, la dejan a la sociedad civil. José De Echave acaba de escribir un artículo, publicado en el diario La República el pasado 17 de mayo: “Una agenda mínima para una transición” donde propone, a modo de solución a estos problemas, el ordenamiento del territorio nacional, el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental imparcial y una ley de Consulta y como éste hay varios aportes desde el movimiento de derechos humanos en el Perú que no son tomados en cuenta por el Estado peruano y hoy, no forma parte del discurso de los candidatos.

Sin embargo, hay algo bueno en este escenario aunque no lo parezca y es que las dos opciones son claramente distintas, aunque quieran acercarse al centro, las diferencias persisten.

De un lado están los que dejan cierta esperanza y que por lo menos mencionaron el derecho a la Consulta en algunas oportunidades, Verónica Mendoza Congresista electa por el Partido Nacionalista, es un ejemplo; y del otro, está el sector cavernario que le meterá bala a quien se le ocurra cuestionar las grandes inversiones, ya lo hizo en los noventa.

Uno puede exigir que los discursos sean del todo claros, pronunciamientos concretos, pero los candidatos no lo harán, prefieren recurrir a la sutileza. Uno que deja en entre dicho la necesidad de una ley de Consulta y otra que propone que las facultades medio ambientales vuelvan al Ministerio de Energía y Minas. Así, ambos dejan que los electores tengan la sagacidad de darse cuenta de quién puede tener una propuesta democrática para evitar los conflictos sociales en el Perú y siendo así, la pelota está en la cancha de los electores para ver cuál de los dos puede ser más efectivo a la hora de evitarlos
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