Así se celebra el tradicional carnaval de T’ikapallana en la provincia de Cotabambas

Festividad donde las flores y el cortejo amoroso lleno de júbilo en un ámbito campestre son los protagonistas.


El carnaval cotabambino, el T’ikipallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión. ANDINA/Renato Pajuelo
El carnaval cotabambino, el T’ikipallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión. ANDINA/Renato Pajuelo

El carnaval cotabambino, el T’ikapallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión.

Cantamos nuestras costumbres, nuestros sentires. Venimos, como lo hacían nuestros ancestros, a recoger las flores porque T’ikapallana significa “recojo de flores”, en quechua. Aquí crecen el shurpuy y el waqanki, flores asociadas a nuestros carnavales.


Venimos a cantar. A bailar. A disfrutar de la carrera de caballos. A divertirnos con nuestros familiares, amigos, amigas. A veces, derramamos lágrimas porque hay personas que ya no llegan…


Envuelta en serpentinas, con una corona de espumas de esprays en la cabellera y su bolsa de harina, Natividad Gabriela Amaru, de Tambobamba, llega invariablemente cada año a disfrutar de la T’ikipallana.


Es tiempo de carnaval y Natividad asegura que, año a año, la festividad mejora como el vino dulce. Y los que no pueden venir por equis motivo, lo escuchan por radio, minuto a minuto, lo ven en la TV local o lo siguen por Facebook live porque aquí, en Apurímac, nadie quiere perderse el carnaval, las whipalas, qhaswas y p’asñasuways.


Jinetes y Helenas 

Los jinetes espolean sus mejores jamelgos –criollos, alto andinos, media sangre, pura sangre– para participar de la carrera de caballos, el Qentani Pampa.


Llegan en grupos desde distintas comunidades. A veces, zigzaguean, muy contentos, sazonados, cantando, brindando, desafiando los riscos y el silbido del viento; algunos comentan sobre la hermosura de la Sumaq Phallcha Akllay, la Señorita Linda Flor-T’ikapallana 2020.


Si la mitología griega sostiene que Teseo raptó a la bella Helena, acá, en las alturas de Apurímac, existe la costumbre de los jóvenes de conquistar a las doncellas de polleras multicolores lanzándoles piropos para invitarlas a subir a sus caballos (antes era un rapto, se dice) y recorrer juntos las faldas del cerro Porotopampa. Si hay química, luego participarán juntos en las competencias de carrera de caballos. 


Fecha central

Es media mañana del lunes 24 de febrero, lunes de carnaval, fecha central del T’ikapallana y en la explanada del Mamapurutupampa, a las faldas del Porotopampa, hay miles de personas; la música y la alegría se multiplican. Venir al carnaval es sellar un nuevo pacto de amistad y unión.


Los primeros que llegaron pernoctaron sin importarles la altura ni el frío; han venido directo, después de ver el pasacalle y concurso interbarrial en el complejo deportivo de Cotabambas.

Fuente;: Agencia Andina
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